Roomba 880: Prueba de esquinas

Como este robot se nos está poniendo chulito y supera nuestras pruebas sin pestañear, hemos decidido ponérselo un poco más difícil en las esquinas, esa gran preocupación de todo hijo de vecino, por la tendencia de las pelusas de acumularse en ellas.

Por eso hemos sustituídos los abalorios por mitades de pinzas del pelo, de esas pequeñas infantiles. Como imagináis el tamaño es más del triple que los abalorios, pero nos pica la curiosidad (tras ver cómo come calcetines) si es capaz de enfrentarse a suciedad sólida, como podría ser tierra en nuestras casas.

El ruido que hace es especialmente característico, dado que parece estar triturando las pinzas en su interior. Y a juzgar por su estado final, podriamos confirmar que este robot es una bestia.

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